Tanto si se trata de un usuario residencial como una empresa siempre que se efectúa una obra lo correcto es solicitar la correspondiente autorización municipal. Ir de la mano de un profesional con amplia experiencia permitirá saber rápidamente qué tipo de permiso hay que solicitar, qué se puede hacer, limitaciones, plazos, etc. Frente al imaginario colectivo de muchos usuarios los cuales asocian la solicitud de dicho trámite con un costo excesivo, ésta es –la licencia en sí- una de las inversiones más rentables.