Profundamente ligada a la ingeniería –una de las actividades principales de COTPA- las energías renovables en Galicia cuentan con un tremendo peso específico. Si recientemente una de las principales empresas energéticas españolas anunciaba la construcción de otro nuevo parque eólico capaz de ofrecer 92 megavatios adicionales. Si hablamos hace unos meses de Galicia como referente en la sinergia intersectorial de sectores donde la CCAA es realmente puntera, otro que no podemos obviar es el de las energías renovables.
A nadie ya le cabe duda de la necesidad de invertir en energías renovables –limpias, apuntan otros- donde los beneficios que ofrecen son claramente reveladores: De entrada son inagotables; es decir, siempre van a estar ahí, no como sucede actualmente con las derivadas de los residuos fósiles (carbón, gas, petróleo, principalmente). Por otro lado, estas energías renovables se caracterizan por ser “limpias”, emitiendo cero gases nocivos lo cual nos llevaría a una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, que son aquellas que están directamente relacionadas con el calentamiento global. Por ello, las energías renovables son actualmente imprescindibles para combatir el cambio climático. Nótese que en los últimos 50 años, aproximadamente, la temperatura del planeta está aumentando en torno a 0,85Cº -menos de 1Cº-, cantidad más que suficiente para que en un plazo “corto” de otros 50 o 75 años las condiciones de vida en el planeta se antojasen “difíciles” para millones de personas. Por ello, y en la actualidad, más de 200 países tienen suscritos acuerdos para que –mediante el empleo de energías renovables- este “calentamiento” se mantenga controlado y no exceda de ciertos parámetros.
Y no en vano España ha sido una de las principales potencias en energía eólica sólo superados por EEUU y Alemania en producción de megavatios. La eólica es un recurso abundante, renovable y limpio que ayuda a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero al reemplazar fuentes de energía a base de combustibles fósiles. La energía producida por el viento es bastante estable y predecible a escala anual, aunque presenta variaciones significativas a escalas de tiempo menores. Hay que tener en cuenta que la electricidad que se consume en España, cerca del 20% es producida gracias a esta tecnología.
En este sentido –y con datos de 2013- Galicia ocupa un papel principal como productor de energías renovables. Mediante el uso de tecnología hidráulica Galicia se sitúa como claro líder en cuanto a producción de gigavatios hora, con más de 10.000 producidos en 2013. En cuanto a eólica la comunidad gallega produjo la nada desdeñable cifra de 9496 GWh, por detrás sólo de Castilla y León. De modo que se convierte –junto con Castilla y León, Extremadura y Castilla la Mancha- en una de las 4 CCAA capaces de generar más energía renovable que su demanda (en eléctrica).
Nuevas renovables
Eólica, solar, hidráulica…Suele ser la terna de energías que nos viene a la cabeza cuando nos referimos a las renovables. Éstas son limpias, ilimitadas (a priori) y se puede establecer incluso un rango de GWh en función de dónde se ubiquen los susodichos parques. Sin embargo existen factores que pueden alterar –en una u otra dirección- la producción de energía: que haya una menor cantidad de viento, nubes que impidan que se recoja de manera eficiente el sol en las placas fotovoltaicas.
Para dar solución a este problema hay una energía (renovable) que se garantiza siempre y en todo momento: la maremotriz; o lo que es lo mismo: la energía producida por las mareas, con cada pleamar y bajamar, un hecho que se produce diariamente debido a la situación de la luna y el sol respecto a la tierra. Y España, Galicia, cuanta con un proyecto pionero a escala mundial: Magallanes Renovables, cuya plataforma –denominada Magallanes-generará energía gracias a las corrientes del mar mediante los dos rotores de casi 20 metros de diámetro que se encuentran sumergidos en el calado de la plataforma. Responsables del proyecto Magallanes explican que en la ría de Vigo, donde se ha estado probando su eficacia, las mareas como mucho alcanzan los dos metros, cifra que tildan de anecdótica respecto al norte de Escocia donde fácilmente se alcancen los 9 metros. Así, por ejemplo, en la Bahía del Monte Saint-Michel, en Francia, la amplitud de una marea está en más de 13 metros; en la bahía de Fundy (Canadá) alcanza los 11,7 metros y en el Canal de Bristol, en Newport, los 9,2 metros; cuanta mayor sea la amplitud mayor cantidad de energía podrá producir Magallanes.