El mes de agosto el recibo de la luz ha dejado “helados” a miles de usuarios en España; y los combustibles fósiles tampoco se han quedado atrás. El incremento porcentual de estos bienes ha alcanzado cotas tales que, tanto para el sector residencial como el industrial, obligan a estudiar medidas alternativas, fuentes de energía viables de cara al inminente otoño e invierno. Y de entre los nuevos –o quizá no ya tanto- en COTPA queremos traer a colación dos tipos de energía cuasi limpias y cuasi renovables: la aerotermia y la geotermia.
La aerotermia es un tipo de energía térmica que se extrae del aire ambiente mediante una bomba de calor. Mencionábamos en la entradilla que es casi renovable; y esto es porque -para que así se estime- tiene que alcanzar un rendimiento mínimo de 4,5. No obstante, y respecto a otras fuentes de energía al uso, como el gas, luz o gasóleo, el coste de producción de kWh es muy reducido. Así, si para obtener dicho kWh con propano costaría 0,119€; gasoil, 0,080€, con la aerotermia costaría tan sólo 0,053€. Hay que tener en consideración que la energía generada por la aerotermia proviene el 75% del aire exterior y el restante 25% del consumo eléctrico. Cuando nos referimos a que es tratada como una energía limpia es porque los dispositivos no emiten ningún tipo de humo y sus emisiones de CO2 son realmente muy bajas (hasta un 50% menos que energías tradicionales). Un estudio publicado por GreenPeace estima que una bomba de calor puede generar en torno a 71 gramos de CO2 por kWh; mientras que una caldera de gas arroja 215 gramos…
La aerotermia permite producir tanto calor como frío y agua caliente sanitaria mediante un único equipo, siendo ampliamente instalada –cada vez más- tanto en residencial unifamiliar como en pisos que cuenten con el espacio necesario para las instalaciones de las unidades exteriores.
Como vemos, tanto por el reducido coste de la energía producida como por la huella de carbono, la energía aerotérmica va a conseguir numerosos adeptos en el corto plazo que quieran contar con un sistema económico y sostenible. Eso sí, el coste de instalación es elevado respecto a una instalación de gas/gasóleo, amortizable fácilmente en un plazo de entre 2 y 3 años.
La energía geotérmica sí está considerada como renovable al aprovechar el calor del subsuelo. Basada en la explotación del calor natural de la tierra, dicho calor es liberado de manera natural por los procesos de descomposición nuclear de los elementos radioactivos tanto en la corteza terrestre como el manto y el núcleo. Así definida, la energía geotérmica permite proporcionar climatización y agua caliente si se excava a una profundidad no muy elevada. Sin embargo, si la profundidad a la que se quiere llegar supera los 200 metros, el calor proveniente del interior de la tierra podría ser empleado para generar electricidad; algo muy útil para sector industrial –donde está ganando una mayor cuota gracias al ahorro energético que consiguen las industrias- más que para el residencial.
Mientras que la aerotermia apenas necesita de terreno para la instalación, la geotermia sí precisa de ello para efectuar los pozos, elevándose su costo muy por encima de los 20.000€, cifra que –para inmuebles residenciales- se antoja complicado de amortizar incluso en el medio plazo; amén de que la diferencia térmica que se pueda conseguir (según CCAA) tampoco es elevada.
Una energía “antigua”
Aunque se pueda pensar que estamos ante una novedosa energía, lo cierto es que hace 40 años, con motivo de la crisis del petróleo, muchos países europeos indagaron en encontrar nuevas energías, más baratas y accesibles. Uno de los precursores países en darse cuenta del gran beneficio de la geotermia fue Suecia. Finlandia, EEUU, Japón o Alemania –entre otros países- siguieron la estela del país nórdico y optaron por la geotermia desde hace décadas como recurso energético.
En COTPA estamos a su disposición para ofrecerles un estudio pormenorizado de las diversas soluciones de aerotermia y geotermia tanto para el sector industrial como residencial.